THE STOOGES: CAPÍTULO 1

Es un diálogo. Rollo Platón.






















NARRADOR: El pasado 16 de marzo murió Scott Asheton. Pensé entonces en mi amigo Toni y en un libro estupendo que él tiene.

NIÑO: ¿Qué libro?

NARRADOR: Pues un libro sobre los Stooges, cretino. No vuelvas a interrumpir.

NIÑO: Sí, señor.

NARRADOR: (Sacando el libro y señalando) Esto que ves aquí en el centro de la cubierta, en relieve y en brillantes letras doradas, este es el nombre del grupo: The Stooges. ¿Sabes leer?

NIÑO: Sí, señor.

NARRADOR: ¿Qué es lo que pone debajo?

NIÑO (leyendo): Combustión espontánea. Un momento de eternidad y poder (1965-2007) Jaime Gonzalo.

NARRADOR: Jaime Gonzalo, exactamente. Es el autor del libro. Un libro que editó Discos Crudos en el año 2008.
(Abre el libro y busca) …,aquí: (lee) “las declaraciones han sido tomadas de entrevistas realizadas por el autor a Iggy Pop entre 1978 y 1983, y a muchos otros implicados a lo largo de los años, o en su defecto, tomadas de las múltiples fuentes que al final del libro se enumeran”

NIÑO:

NARRADOR: Voy a contarte solo el principio. Luego quiero que vayas a tu casa y acabes de leerlo. Y luego quiero que escuches a los Stooges. Sin parar.

NIÑO: Sí señor. ¿Tiene un pitillo, señor? (Coge el pitillo y lo enciende)

NARRADOR: Ann Arbor, ahí vamos a empezar. Una localidad a 90 kilómetros al oeste de Detroit, Michigan, USA. Una ciudad de estudiantes, ciudad de la Universidad de Michigan.
En 1965, cerca del campus central de la universidad, había una tienda de discos: Discount Records. Era la tienda de discos más frecuentada de Ann Arbor. Ahí obtuvo su primer empleo uno de los protagonistas de esta historia: James Newell Osterberg Jr. El joven Jim tenía 18 años. Trabajaba y estudiaba en Ann Arbor pero no vivía ahí. Vivía unos cuantos kilómetros al este, entre Ann Arbor y otra ciudad llamada Ypsilanti, en un parque de caravanas a un lado de la carretera.

Jim se tomaba muy en serio la música. Tocaba la batería en un grupo que se llamaba Prime Movers, una banda de blues. Y antes, mientras estuvo en el instituto, tuvo una banda llamada The Iguanas. … (Silencio)

NIÑO: ¿Señor?

NARRADOR: Ah…, no debo contar la historia así. Para eso ya está el libro. … ¡Otoño de 1966! Eso sí merece atención… El joven Jim viaja hasta Chicago en busca del blues. … Tienes que entender lo de “en busca del blues” Es de vital importancia.

NIÑO: Entiendo señor. Iggy Pop se tomaba la música muy en serio. Y en otoño de 1966 se fue a Chicago a buscar el blues.

NARRADOR: Chico listo. Pues aquel viaje a Chicago fue una revelación. ¡Una revelación! Tuvo la oportunidad de tocar con grandes músicos de blues. Negros todos. Negros mayores, chiflados, hechos polvo. Grandes músicos.

Mientras pasaban los días Iggy pensaba y pensaba… Probó la hierba por primera vez… vivió como un indigente en plan romántico… y su visión fue cogiendo forma. ¡Una visión! ¡Por fin! ¡Por fin!

Supo lo que habría de hacer en adelante… No iba a trabajar para nadie, no volvería a tocar la batería. Quería estar al frente. Y lo más importante, decidió que haría su PROPIO BLUES. Su propio blues, ¿entiendes? No era negro, no era de Chicago…, Qué estúpido tratar de imitar a aquella gente y reproducir lo que hacían! Así que en el invierno de 1966 vuelve a Ann Arbor…, deja que lea (busca y lee): “Debo coger lo que he aprendido aquí y aplicarlo a mi propia experiencia. Voy a volver a Ann Arbor y encontrar a tres o cuatro tíos que no estén impresionados por la escena musical, que no quieran imitar a las bandas británicas ni hacer versiones. Hacer canciones acerca de cómo se vive aquí, en el medio oeste…”

NIÑO: ¿Cómo vivían, señor?

NARRADOR: Aburridos. Igual que tú. Igual que yo. El caso es que Iggy ya conocía a esos chicos que necesitaba.

Dos de ellos eran hermanos, el otro era un amigo de estos. Y los tres eran parecidos: marginados, lunáticos, extraños. Eran un par de años más jóvenes que Iggy. Solo les interesaba la música y hacer el vago. “Todo el tiempo para malgastar”. Deja que te los dibuje:
El menor de aquellos hermanos se llamaba Scott Asheton. Su rollo eran las peleas, era un matón. Llevaba tupé, patillas, y las mangas de la camisa enrolladas. Era un greaser. Iggy le había dado lecciones de batería alguna vez. Scott le gustaba. A Iggy le atraía el peligro y todo lo que se saliera de lo común.

El hermano mayor de Scott se llamaba Ron. Fue de los primeros a los que echaron del colegio por llevar el pelo largo. Ron e Iggy se habían tratado más. Se veían las caras en Discount Records y en The Jug, la cafetería de la Universidad de Michigan. Además, durante un breve periodo, y por invitación de Iggy precisamente, Ron tocó el bajo con Prime Movers.

El cuarto stooge era un amigo de los Asheton: Dave Alexander. “Dave era un tipo de piel lechosa, físicamente desastrado. Su padre era carnicero, venían de Withmore Lake, Michigan, un pequeña aldea de 150 habitantes. Un sitio que solía producir chavales muy degenerados. A los 12 años Dave ya le daba al pegamento, los somníferos y otras drogas de farmacia. Siempre andaba metido en asuntos chungos”. Son palabras de Iggy.

Los tres estaban pa`llá. Más que Iggy. Sí…, pero el joven James iba a ponerse a su altura, y tanto que sí. A principios de 1967 montan la banda, y empiezan a reunirse para experimentar. Ah…, piensa en esas criaturas en el sótano de la casa de los Asheton, o en el sótano de la de Dave, aprovechando los ratos sin padres, fumando hachís sin parar…, ¿Es posible que alguno imaginara que dos años después, en la primavera de 1969, fueran a grabar aquel LP; esas ocho canciones para la historia? “Tan pequeña cantidad de música y tanta emoción”… ¿Qué haces?

NIÑO: Tengo que irme macho

NARRADOR: ¿Cómo que macho? Pero si acabo de empezar; si aún no han elegido nombre para la banda… Quería llegar hasta la primavera de 1969, cuando fueron a Nueva York para grabar…

NIÑO: Me lo cuentas en el siguiente Donato macho, tengo que irme.

NARRADOR: Quieto ahí un momento. Solo una cosa más. Siéntate…, una cosa más. Te va a gustar. Va sobre cómo se libraron de ir a Vietnam.

NIÑO: Mola, te escucho.

NARRADOR: Entre 1966 y 1968, el gobierno de Estados Unidos pretendió reclutar 650.000 jóvenes para llevarlos a Vietnam. Cuando los llamaron de la oficina de reclutamiento, los Stooges, que ya eran amigos inseparables, hicieron una apuesta: el que durara menos tiempo dentro de aquella oficina ganaba.

Presta atención hijo. Si algún día te llaman a filas, si pasa algo así, quiero que te comportes exactamente igual que los Stooges. Tienes que prometérmelo.

NIÑO: Prometido macho.

NARRADOR: Iggy Pop se libró fingiéndose homosexual. Se presentó al examen médico totalmente volado, sin ropa interior y con la polla en erección. Luego se puso a lloriquear. Lo sacaron de ahí al cabo de dos horas. Fue el que más tiempo estuvo.

El siguiente stooge que pasó más tiempo en aquella oficina fue Ron. Se había pasado la noche anterior sin pegar ojo, ciego de anfetaminas. Les dijo a los de reclutamiento que era homosexual y que tenía desórdenes nerviosos. Rellenó los formularios al azar, para demostrarles que no funcionaba como una persona normal. Se negó a pasar la prueba física y lo enviaron al psiquiatra. El psiquiatra resultó ser gay y le sobó los genitales a conciencia. Pervertido hijo de puta.

Luego fue Scott. Llevaba dos días sin dormir, borracho y colocado. Justo antes de aparecer se pintó una bombilla en la frente con lápiz de labios. Bebió más cerveza y entró hecho una furia. Vomitó sobre la mesa de uno de aquellos señores y lo dieron por inútil. Le pegaron unos tortazos y lo llevaron al calabozo.

El que menos duró fue Dave Alexander. Solo estuvo dentro media hora. Llevaba un peinado de paje a lo Brian Jones y un montón de maquillaje. Iba cargado de drogas y se comportaba como un lunático.
Te seguiré contando en el próximo Donato…

NIÑO: Mola

NARRADOR: Life’s a bitch.



Carlton Banks

No hay comentarios:

Publicar un comentario